La existencia de tres puntos en la escritura y correspondencia masónica no es contemporánea a la aprición misma de las órdenes especulativas en la Europa moderna. Según fuentes como Jean Marie Ragón (1781 – 1862) (Logia Centauro 9-96) los tres puntos aparecieron como una forma de abreviatura de las potencias masónicas en un discurso del Gran Oriente de Francia en el año de 1774. Su lectura hace evidente simbolismo de las tres luces del Templo, pero también al Triángulo y a la entidad trinitaria, así también como a los tres grados de la Masonería Azul: aprendiz, Compañero y Maestro y las tres grandes luces que decoran el oriente del Templo.
En el libro de divulgación “Dans Ahiman Rezon” que reúne respetablemente algunas de las prácticas rituales de la llamada Gran Logia de los Antiguos (una apuesta por el desarrollo masónico al margen de la potencia de Londres y de origen presumiblemente irlandés a partir de 1753 oficializada como Gran Logia) aparecen menciones a Tres Golpes, que serían el origen más iniciático de la puntuación. Ello no contradice la primera afirmación, más bien la complementa en el sentido en que el Gran Oriente de Francia e s anterior en su formalización, más universalmente aceptada para el año 1738, pero nos habla a todas luces que más allá de las pugnas oficiales, debió haber una gran correspondencia ritual en los inicios de la masonería moderna.
Los tres golpes, considerablemente antecesores de la triple puntuación, fueron motivo de discusión ritualista precisamente por las lecturas introducidas por la Gran Logia de los Antiguos, para quienes, los tres golpes representaban La Ley Sagrada, la Escuadra y el Compás. Más tarde, se hizo una lectura desde Inglaterra en la que ellos representaban más bien Los Tres Pilares, denominados también columnas, son Sabiduría, Fuerza y Belleza. La tradición moderna y francesa atribuye la sabiduría a la Venerable, la fuerza al primer Vigilante y la belleza al segundo Vigilante.
Es probable que así como el llamado de los tres golpes, tuviera una consideración más profunda y mística, también tuviera un sentido de llamado al orden y a la discreción. En cuanto las primeras logias funcionaron en espacios públicos, bien puede ser que ello representara –como ahora- la apertura de los trabajos y por tanto el llamado a la discreción de los mismos. Así también, los tres puntos en la escritura masónica, debieron haber sido llevados a las formas epistolares y a las formas escritas, para llamar la atención de quien leía, en tanto debía guardar discreción del texto y su contenido por cuanto se trataba de un texto para iniciados o de una epístola entre masones.
Los tres puntos de nuestra forma de puntuación, hacen referencia además a los aspectos ternarios descritos con maestría en el Kibalión: lo absoluto, la dualidad y la unidad. Aldo Lavagnini señala al respecto: Los tres puntos masónicos constituyen el más simple y característico emblema del Ternario… los tres puntos muestran aisladamente los tres Principios que constituyen la Unidad Originaria y la Dualidad de la manifestación. Y la Unión de los tres puntos, por medio de tres líneas, evidencia los tres Elementos primordiales –el azufre, la sal y el mercurio, o el Padre, la Madre y el Hijo- que hacen fecunda y constructiva la actividad de los tres Principios.” (Lavagnini)
El Gran Maestro Oswald Wirth advierte también sobre el carácter Ternario de la puntuación: “Se distinguen tres partes en el conjunto del emblema:
1. Un triángulo, que lleva en su centro el ojo de la inteligencia o del principio consciente;
2. Rayos, que expresan la actividad, la expansión constante del ser, en virtud de la cual el punto matemático, sin dimensiones, que está en todas partes, llena la inmensidad sin límites;
3. Un Círculo de nubes, que figuran la vuelta sobre ellas mismas, de las emanaciones expansivas, más exactamente, su condensación bajo la presión de su choque, puestoque se trata de vibraciones que provienen de una infinidad de focos.” (Wirth, 1894)
La forma triangular de los tres puntos en la escritura masónica, nos convoca además a la forma del triángulo pero también de la escuadra, símbolo de la rectitud con la que debemos abordar nuestros esfuerzos. Nuevamente, el llamado a la discreción parece evidente.
Por último, no olvidemos que los tres puntos de la puntuación masónico cuando se refieren a la escuadra, se refieren también de manera gráfica al modo en que se cuadraba en los tiempos medievales a las construcciones de los templos. Los maestros constructores, partían cuadrando en el terreno el área del templo, para lo cual ocupaban una escuadra. Cuadrado el plano se proseguía a definir el lugar más alto de la construcción, donde se enterraba simbólicamente al maestro de más alto grado, a quien se “desenterraba” al día siguiente para comenzar la obra.
Santiago, Septiembre 2013 e.:v.:
Bibliografía
Lavagnini, A. (s.f.). La Masonería revelada, el manual del aprendiz.
Logia Centauro 9-96. (s.f.). Obtenido de centauro996.wordpress.com: http://centauro996.wordpress.com/las-abreviaturas-en-la-masoneria/
Wirth, O. (1894). El Libro del Aprendiz. Biblioteca UPASIKA.
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