La palabra Templo proviene del latín “templum” que nominaba al espacio del cielo que el augur debía mirar para identificar el paso de las aves y realizar sus “augurios” o adivinaciones sobre el futuro de los hombres y las naciones. De acuerdo a algunas fuentes el templum se convirtió en un lugar en el bosque donde los árboles eran talados para poder ver esa fracción del cielo; gráficamente entonces el embobedamiento de los templos posteriores, se hizo siguiendo la lógica de los muros verdes y simbólicamente, puedo imaginar, el recorte del cielo. Continue reading