
El Templo de Salomón
Define la Real Academia Española la palabra columna como “soporte vertical de gran altura respecto de su sección transversal”. Si tuviésemos que trabajar con esta definición de columna, tendríamos que preguntarnos obligatoriamente, ¿qué soportan las columnas de nuestros Templos? Y debiésemos sumar también la pregunta, ¿ser soporte de algo es su única razón de existir?
A modo de introducción, digamos que los constructores de templos han tenidos siempre y en todo lugar una fascinación común, construir sus templos basados en la existencia de columnas que no sólo otorgaron soporte a su sección transversal. Simbólicamente las columnas en toda cultura que construyó templos, representaron en primer lugar a los árboles del bosque. Sí, porque la palabra “Templo” hace alusión a un claro del bosque donde se puede observar el cielo, razón por la cual, todo constructor asimila las columnas del Templo a esos árboles primitivos que parecían ser los soportes verticales del cielo, al mismo tiempo que el canal sagrado de comunicación “entre lo que está abajo y lo que está arriba” haciéndolo básicamente una representación distinta de los mismo.
No importando la forma de sus templos, los hombres construyeron columnas: “los egipcios construyeron sus templos imitando la forma que, según ellos, tenía la tierra. Para ellos la tierra era a modo de una gran piedra llana, más larga que ancha y el cielo un techo o bóveda sostenida por cuatro columnas; el techo generalmente llano y a veces curvado correspondía al cielo.”
“Los hombres erigieron templos cuadrados para representar la imagen de la tierra; levantaron pirámides para imitar la belleza armónica del cielo, y, tomando como modelo las montañas, construyeron más tarde esas grandiosas catedrales, cuyas arcadas y columnatas nos recuerdan los panoramas del bosque.” (Fort N, J. 1977)
No importando que tan cerca nuestro estuvieran en el tiempo histórico, los hombres consideraron que debían dar un soporte mágico al cielo, un soporte que además los uniera con el todo: “hacia el 800, refiere que Carlomagno, con motivo de una de sus guerras contra los sajones (772), hizo demoler en la villa de Eresburgo el templo y el bosque sagrado de su «famoso Irmensul». Rodolfo de Fulda (ca. 860) precisa que esta famosa columna es la «columna del Universo que sostiene casi todas las cosas» (universalis columna quasi sustinens omnia). La misma imagen cosmológica reaparece en Roma (Horacio, Odas, III, 3), en la India antigua con el Skambha, Pilar cósmico (Rig Veda, I, 105; X, 89, 4; etc.). Y también entre los habitantes de las islas Canarias y en culturas tan remotas como las de los kwakiutl (Colombia británica) y los nad’a de Flores (Indonesia). Los kwakiutl creen que un poste de cobre atraviesa los tres niveles cósmicos (el Mundo subterráneo, la Tierra y el Cielo): allí donde penetra en el Cielo se encuentra la «Puerta del Mundo de arriba». La imagen visible de este Pilar cósmico es, en el Cielo, la Vía Láctea.” (Eliade, M 1981)
En estas imágenes que nos traen los textos sabios de Mirceal Eliade y Joseph Fort Newton, las columnas de los más antiguos Templos, sabias referencias al nuestro que no es sino una remembranza del Gran Templo de Salomón, las columnas son también una referencia a la columna vertebral del ser humano, que al igual que las columnas, dan sostienen al cerebelo y dan soporte a las caderas, uniendo lo que es arriba con lo que es abajo, otorgándole unidad, coherencia y sustentabilidad al cuerpo, que es en realidad una imagen del mundo.
De este modo, ya podemos sumar a nuestro trabajo, una definición masónica del concepto. Son pues masónicamente llamadas columnas, los “adornos de los Talleres Masónicos, que varían en forma y significado según los grados y ritos. El Venerable y los Vigilantes se consideran columnas de la Francmasonería. En todas las Logias simbólicas existen dos en la puerta de entrada con los nombres B.: y J.: para designar el sitio respectivo de los Aprendices y Compañeros. Columnas se denominan en Logia cada uno de los bancos en que se sientan los obreros al Norte y al Sur del Taller.” (Abrines, L.F. 1891)
Por supuesto ellas hacen en primer lugar una alusión de remembranza como hemos escrito antes, a las dos columnas del Gran Templo de Salomón. Existe sobre el Templo y sus columnas, una única fuente histórica universalmente valida y es la “Sagrada Biblia”, particularmente su libro de 1 Reyes 7:15-22 y su libro 2 Crónicas 3 y 4. Allí se habla de la forma en que Hiram Abif, el Gran Constructor de Tiro, enviado a Jerusalén por el Rey Tiro, aliado de Salomón, construyó el Templo y particularmente las columnas.
En Crónicas se señala, “Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura cada una, con sus capiteles encima, de cinco codos. Hizo asimismo cadenas en el santuario, y las puso sobre los capiteles de las columnas; e hizo cien granadas, las cuales puso en las cadenas.” Y más adelante, “Y erigió las columnas delante del Templo, una a la derecha y otra a la izquierda, y llamó a la de la derecha Jaquín y a la de la izquierda Boaz” (Valera R. 1960). Cuatrocientas granadas para rematar las columnas, unidas por redes uniendo los capiteles de cada una que tenían forma esférica.
Culmina una completa visión de las columnas leyendo a Reyes, “Hizo también dos capiteles de fundición de bronce, para que fuesen puestos sobre las cabezas de las columnas; la altura de un capitel era de cinco codos, y la del otro capitel también de cinco codos.” (Valera R. 1960)
Esas son las columnas que adornan, como lo hicieron en Jerusalén, la entrada a cada Templo Masónico con una lectura simbólica que corresponde a cada grado. De este modo, “el primer objeto sobre el cual se os llamó la atención al entrar en este lugar, fue la columna B, cerca de la cual habéis recibido vuestros salarios como aprendiz; letra que es inicial de la palabra sabiduría. En el segundo grado se os colocó cerca de la columna J, la cual es inicial de la palabra fuerza. Esto debe indicaros que si la sabiduría ha encaminado vuestros pasos a nuestros Templos, es necesario que la fuerza no os abandone para que podáis preservar en el bien…” (Cassard, A. 1981)
Detengámonos en cuatro cuestiones esenciales: primero, ambas columnas son simbólicamente el lugar de pago de los trabajos de cada grado, tal y como lo fueron en los trabajos del Templo salomónico, tal y como continuaron siéndolo durante toda la historia de la masonería operativa desde los coleggia (“todo colegio era presidido por un Magíster o Maestro, con dos decuriones o vigilantes, cada uno de los cuales ejercía su poder sobre “los hermanos de su columna” Herbert F. 2012) y hasta las Logias medievales; segundo, la columna signada con la letra J, Jakin, significa estabilidad, firmeza, fuerza. Los masones la traducen por la frase: mi fuerza está en Dios, y muchos escriben Jakin, porque, aunque se deba escribir ch esta se pronuncia K y esta letra ha prevalecido sin duda para evitar toda ambigüedad en la pronunciación.”, mientras que la columna de la letra B, Boaz, “significa fuerza y muchas veces se usa escribiendo Booz, que significa alegría. Nombre simbólico de una de las columnas de bronce fundidas por Hiram de Órden de Salomón y que fuera colocada en el pórtico del Templo” (Abrines, L.F. 1891); tercero, ambas columnas representan simbólicamente exactamente lo mismo que representaron en el Templo de Salomón, no sostienen a la sección transversal del Templo (el cielo del Templo), sostienen al cielo mismo, son la cadena de unión metafísica con lo que está arriba que es lo mismo que está abajo, son además una representación simbólica de la columna vertebral del ser humano y son ante todo el portal metafísico que está a la entrada del Templo, de todo Templo, y que marca la diferencia entre el mundo y el tiempo profano y el mundo y el tiempo sagrado dentro del Templo (“A su vez la Tierra está simbolizada por el Hikal, que es todo el espacio restante de la Logia hasta las dos columnas J y B, las cuales soportan el «pórtico de la entrada», asimilado a lo que en el Templo de Salomón se denominaba el Ulam. Se dice que el «pórtico de la entrada» no está ni dentro ni fuera de la Logia. Es, pues, un lugar de tránsito” Ariz F, 2007); cuarto, dependiendo del rito, las columnas J y B, pueden ocupar posiciones distintas respecto del V.:M.:, representando por tanto en el rito francés la columna “J” el asiento de los aprendices, y la columna “B” de los compañeros, en tanto que en el rito escocés, es exactamente al revés. En general aceptamos como señala Jorge Adoum, que “a la izquierda de la columna J∴, la piedra tosca, bruta, símbolo del cuerpo material del hombre que no adquirió conocimiento alguno; a la derecha de la columna B∴,la piedra cúbico-piramidal o puntiaguda que representa al hombre perfecto o a aquel que se afana en la perfección de sí mismo. Entre ambas columnas se halla la puerta del Templo. (Adoum, J)
Dos imágenes pueden sumarse al entendimiento masónico de las columnas de nuestros Templos, independiente a qué lado se encuentren.
Primero, las columnas representan dos elementales de nuestro conocimiento masónico: Pitágoras y Hermes, ambos, padres espirituales y metafísicos de nuestros conocimientos. “En efecto, en dichas leyendas tanto Pitágoras como Hermes son los que encuentran las dos columnas (asimiladas posteriormente a las columnas J y B del templo masónico) donde se grabó todo el saber que remontaba a los orígenes de la humanidad, y entre las que se encontraban las Artes y Ciencias de la Cosmogonía” (Ariz, F, 2007) Ambas de origen egipcio.
Segundo, ambas columnas representan “la ley del binario a la que aluden las dos columnas de Jakin y Boaz levantadas a la izquierda y a la derecha del templo de Salomón” (Wirth, O) Este principio binario, que no representa el choque entre opuestos sino las posibilidades eternas de la vida, “nacieron de la unión de los principios primordiales representados en la Logia por las dos columnas” (Adoum, J) Sumemos que en esta lógica binaria, “esas dos columnas del Templo de la Sabiduría, que es el hombre, son el símbolo del aspecto dual de toda nuestra experiencia en el mundo terrenal. Es la dualidad de nuestros órganos, son los lados derecho e izquierdo de nuestro cuerpo, son los dos sexos, son los dos principios positivo y negativo que integran al hombre, son, por fin, Actividad e Inercia Espíritu y Materia, Esencia y Sustancia -, Azufre y Sal representados en la Cámara de reflexión. (Adoum, J). Ambas columnas, “corresponden de manera exacta a las dos columnas del árbol sephirótico de la cábala: la columna B y la columna J; columna de la construcción y columna de la destrucción; de la fuerza y de la forma; del amor y la misericordia, y del rigor y la justicia.” (Siete masones, 2003)
Una última reflexión acerca de nuestras columnas, nos hallamos entre columnas para representar que estamos en el umbral. EN el umbral del cambio hacia un estado superior de nuestra conciencia, un umbral que nos permite mirar al Templo entero, que es la creación misma y a nuestros hermanos desde el pórtico del tiempo y el espacio. Nos hallamos entre columnas, para cuadrar nuestra propia situación espiritual y hacernos dignos constructores de catedrales.
Bibliografía
Abrines, Lorenzo Frau Diccionario Enciclopédico de la Masonería, La Habana 1891
Adoum, Jorge El aprendiz y sus Misterios Edición digital
Ariz, Francisco La Masonería Símbolos y Ritos Ed Libros del Innombrable, Zaragoza 2007
Cassard Andrés Manual de la Masonería, Cap I 1986
Eliade,Mircea Lo sagrado y lo profanos, Ed GUADARRAMA/Punto Omega, 1981
Fort Newton, Joseph. Los Arquitectos, Ed Diana, Mexico D.F 1977
Herbet, Felix Masoneria, Origen y Desarrollo Ed News edición digital 2012
Siete Masones, Simbolo, Rito, Iniciacion, Siete masones Ed. Kier, Buenos Aires 2003
Valera Reina, sagrada Biblia 1960
Wirth, Oswald El ideal Iniciático Edición digital de la R:.L:.S:. Cibeles N°131
Con infinito respeto y cariño me dirijo a Uds. queriendo aportar dos correcciones en el mejor ánimo respecto a vuestra valiosa obra.
1- J (JAKIN) hace referencia a JOJMÁH (Sefiráh 2) ubicada en la cumbre de la columna de la BENEVOLENCIA. Y JOJMÁH, en Hebreo, significa SABIDURÍA (NO todas esas bellas cosas que Adoum y Ariz nos obsequian desde su candoroso fervor) La otra columna, la del RIGOR, corresponde a BINÁH (Sefiráh 3) que significa INTELIGENCIA, y por eso es la columna B, BOAZ.
En un todo de acuerdo con el Etz Jayyim, Árbol de Vida, estructura nuclear del saber contenido en la Santa KABBALáH (TRADICIÓN de la versión Masorética de la Toráh)
2-Oswald WIRTH dice, en efecto, “J y B levantadas a izq y der.”, lo cual es confusivo. El (sin duda!) GRAN WIRTHdebería haber expresado inversamente, DERECHA E IZQUIERDA, como todos tan bien sabemos.
Fraternalmente profana, los saluda, HLM
Todos los comentarios son bienvenidos, nos enseñan que no estamos solos y refrendan el viejo refrán vietnamita: “tres tontos piensan como un sabio” Gracias por tus sabias palabras